martes, 1 de junio de 2010

EL DAÑO CAUSADO Y LA INTENCIÓN DETRÁS DEL ESTADO FALLIDO

Las hipótesis se han manejado hasta el cansancio, y sin ya importar cual sea la causa verdadera de la desaparición de Diego Fernández de Cevallos, el daño al gobierno federal y específicamente a Felipe Calderón está hecho. Se dice que en política el tiempo lo es todo y no pudo haber sido el mejor -aunque sea no intencionalmente- para los enemigos de Calderón, ni el peor para éste, pues recordemos se produjo al inicio de su gira por España y Estados Unidos -los dos principales aliados comerciales de México- durante las cuales el tema de la seguridad era obligado. ¿Que mensaje se da si uno de los hombres más influyentes y protector de los intereses económicos más poderosos del país, es secuestrado?

Estoy seguro -dados los antecedentes históricos y la tendencia patética de este gobierno federal en manipular la información- que aunque las razones de su desaparición sean distintas (muchos ya lo llaman "levantón"), el gobierno federal va a manejar el secuestro ordinario como su única causa y a cambio de dinero. Lo cierto es que el secuestro lleva un mensaje y lo más interesante es que tiene un mensajero. Es por ello que Felipe calderón y su equipo van a manejar una razón distinta, pues solo demostraría más lo ya evidente: Su guerra y estrategia fallida, en su Estado de igual calificativo.

Ya escucho al Jefe Diego -de salir con vida por supuesto- con el histérico histrionismo que le caracteriza, despotricar contra esos cobardes y desalmados delincuentes que lo mantuvieron en cautiverio como vil animal a cambio de un lucro indebido, defendiendo toda hipótesis distinta a ello. Pero no importa, el daño está hecho, el mensaje fue claro y no solo lo recibió el titular del ejecutivo federal, sino también éste autor, así como miles y miles de mexicanos que si lo supimos entenderlo y descifrarlo: El secuestro de tan destacado personaje nos indica que las autoridades no pueden responder ante el deterioro ya evidente del Estado mexicano.

Quien sea lo haya planeado, queriéndolo o no, no solo denotó la incapacidad de los hombres de Estado, sino su torpeza, improvisación y espasmo. Fue un golpe certerísimo, hecho a consejo maquiavélico de dar golpes contundentes y definitivos. Definitivo pues ha definido ya una nueva etapa en la lucha fallida calderonista contra sus enemigos, que no son necesariamente ni propiamente narcotraficantes. -es lo que se nos ha querido ocultar, todo este tiempo, se nos ha ocultado que su guerra no es contra el narcotráfico, que la guerra es de elites en el poder (coludidas con el narco) y por el poder. Una guerra civil pues- Fue tan certero que hasta provocó el silencio de sus destinatarios, silencio que continua hoy día en espera de un mejor momento. Con éste escándalo, el "timing" -como se dice en política- fue arrancado por los enemigos de Calderón, y éste con su silencio busca no dejarles el valor altísimo de manejar la agenda política.

Pero insisto, el daño está hecho y solo nos da una prueba más y esta vez contundente, de la inoperatividad y la falta de funcionamiento del Estado Mexicano, la cual cada vez se me antoja -y a otros muchos más- INTENCIONADA e INTENCIONAL. Pareciese que tanto descaro, ineptitud, descontrol, improvisación, corrupción, y hasta burla de los hombres que manejan el Estado en este país buscaran su colapso, o que al no poderlo evitar, acelerarlo, del que todos, todos hemos sido los causantes de tal desastre, ellos, los políticos, por su apatía ha hacer su trabajo y su afición a hacer negocios desde el poder y nosotros por mantener en él a tan detestable clase política.